Llamamiento contra la Cumbre de la OTAN que se celebrará en La Haya, en junio de 2025. ¡Únete a nosotros!
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La agenda de la política exterior de Trump —el aislamiento y la derrota de China— no es nueva, pero su determinación de poner fin a la guerra indirecta de la OTAN con Ucrania y de separar a Rusia de su alianza con China ha sumido a la mayoría de los líderes europeos en un estado de tensión e incertidumbre.
En los últimos años, un enorme gasto occidental ha sido canalizado hacia el esfuerzo bélico en Ucrania con el objetivo de infligir una derrota militar a Rusia y dar vía libre al ingreso de Ucrania en la OTAN. Como resultado, cientos de miles de ucranianos y rusos han muerto; una masacre financiada con recursos sustraídos del bienestar de los ciudadanos de los países de la OTAN y que ha sumido a millones en la pobreza y en una austeridad cada vez mayores. El riesgo de una guerra nuclear se ha acelerado, y los principales beneficiarios son los traficantes de armas, los mercaderes de la muerte.
La repercusión de esta crisis en el territorio europeo de la OTAN no ha impedido que esta organización mantenga y expanda su papel global, sus operaciones militares, su mayor presencia en todos los continentes, su letal huella de carbono y su creciente lista de socios y alianzas -siendo cómplice de la agenda anti-China de Estados Unidos en su búsqueda por mantener la dominación global.
Esta situación está acelerando la militarización europea, que se ha expandido drásticamente con la guerra de Ucrania. Temiendo la retirada estadounidense de Europa, algunos líderes europeos planean aumentar drásticamente los presupuestos militares, no solo para cumplir con las exigencias de Trump sino para construir una alternativa militar europea a la dependencia de Estados Unidos. Se está desarrollando una carrera armamentística masiva que agrava la crisis y la probabilidad de guerra, además de empobrecer a la población. La militarización de Europa no es nueva, pero su escala y gasto militar son, exceptuando las dos guerras mundiales, históricamente únicos. Constituyen la preparación de una guerra contra Rusia y otros “rivales estratégicos”.
1. La Red No a la Guerra – No a la OTAN rechaza la agenda de dominio y coerción militar occidentales que está llevando al mundo a la catástrofe. La espiral de guerra y gasto militar debe detenerse. Exigimos el desarme y la prohibición de las armas nucleares.
2. Es hora de un nuevo orden global basado en el derecho internacional, la paz, la justicia y la igualdad, cimentado en la seguridad común, no en la ley del más fuerte.
3. Necesitamos cooperación y determinación internacionales para abordar con urgencia los verdaderos problemas de seguridad que enfrenta el mundo: la catástrofe climática, la pobreza, las crisis sanitarias y la urgente necesidad de un suministro sostenible de alimentos, agua y energía.
Frente a la próxima cumbre de la OTAN, señalamos la necesidad de una arquitectura de seguridad inclusiva que priorice la diplomacia, el desarme, la justicia social y la sostenibilidad ambiental para lograr la paz y la seguridad.
Expresamos nuestra solidaridad con el movimiento que organiza una contracumbre en los Países Bajos, prevista para el sábado 21 de junio, y una manifestación para el domingo 22 de junio. La Red No a la Guerra – No a la OTAN participará activamente en los eventos internacionales contra la cumbre de la OTAN. Nos movilizaremos para apoyar estos eventos e instamos a todos los pueblos amantes de la paz a unirse a nosotros para afrontar el reto de construir un mundo mejor, sin la maquinaria de guerra de la OTAN ni sus estructuras de opresión.
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